Yo me considero fujimorista. Soy conciente que hubo abusos, atropellos e inmoralidad. Pero también hubo pacificación, tranquilidad, estabilización económica y, quizás lo más importante, la gestación de las condiciones básicas que permiten nuestro actual desarrollo.
Haciendo las sumas y las restas, creo que fue un gobierno bueno, no perfecto, pero si muy superior a los que estabamos acostumbrados.
Nunca recibí un sol, ni ninguna prebenda o servicio o bien del fujimorismo. Salí de la universidad el 97 y entre un trabajo y otro, fui uno de los jóvenes afectados por la recesión. A mucha honra, tuve que taxear como muchos.
El SINVERGÜENZA (si, con mayúscula) de Alvarez Rodrich, por muchos años fue funcionario público del fujimorismo. Habría que conocer cuanto dinero recibió en total, seguro que con bastantes ceros a la derecha. Y ahora, con el mayor desparpajo, crítica al fujimorismo, como si él no hubiese sido parte de la alta (altísima) burocracia pública de esos años.
No se debe cagar donde se come. En este caso donde se ha comido (seguro que caviar y faisán).
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