Me ha sorprendido ver las pantallas y las radios llenas de expertos en relaciones exteriores, psicología sociología y decenas de yerbas sociales.
El embajador de Ecuador fue (evidentemente, los vídeos son muy claros) agredido por dos locas. Como cualquier ser humano reaccionó. Creo que con mesura, sólo defendiéndose con una revista de las agresiones de las dos loquitas pitucas. En el vídeo no de ven ni patadas ni puñetes, sólo defensa con una revista, algo absolutamente light.
Cualquier ser humano hubiese reaccionado igual. Ahora escuche a un psicoanalista decir que "debió reaccionar de otra manera, por su condición de embajador"; no jodan, fue agredido, cuando uno es agredido, tiene el derecho de defenderse, sea embajador o cobrador de combi.
Creo que la defensa irrestricta de las locas pitucas y las críticas al embajador son parte de la enorme, inmensa e inocultable hipocresia limeña. Con seguridad cualquiera de los "comentaristas mesurados y cultos" hubiese reaccionado de la misma manera.
En fin, que vivan la hipocresía y las medias tintas.
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