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Nuestro injusto mundo

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miércoles, 13 de enero de 2010

Capilla San Antonio Abad - Hotel Monasterio

Cuando el arzobispado de Cusco decidió concesionar el antiguo Monasterio de San Antonio Abad, me alegre. Considere en su momento (y por cierto sigo pensando asi) que la Iglesia tiene que rentabilizar los activos que tiene sin movimiento. Y, por cierto, en estas épocas de escasas o casi nulas vocaciones sacerdotales, un inmenso monasterio en el centro de Cusco, era una joya abandonada.

Hace un par de años, en una oportunidad que tuve la suerte de venir a Cusco por trabajo (en aquella época vivia y trabajaba en Lima), fuimos con mi esposa e hija a desayunar al hotel Monasterio. Aprovechando que eramos "clientes" lo recorrimos por completo, incluso ingresamos, sin problemas ni restricciones a la Capilla San Antonio Abad (que tiene acceso interior y acceso exterior). Una capilla muy hermosa, de gran atractivo.

Hoy estuve sentado en la plazoleta de Las Nazarenas, justo frente al ingreso de la Capilla. Me sorprendio verla abierta, pues siempre la puerta principal, de acceso externo, esta cerrada. Habian cuatro trabajadores del hotel esperando a alguien. En el poco tiempo que me sente a observar el ingreso a la capilla sucedió lo siguiente:

- un turista peruano junto con sus tres pequeños hijos intentaron ingresar. No los dejaron.
- otra turista con su hijo menor (coincidentemente peruana) vio el hecho y se desanimo de intentar ingresar.
- una pareja de turistas argentinos intento ingresar. No los dejaron. Protestaron. Hubo un intercambio de palabras. Se fueron amargos y maldiciendo.
- Un bus de turistas A1 llegó. Los 4 trabajadores del Monasterio, les tiraron la alfombra roja. Abrieron de par en par las dos puertas de la capilla (previamente estaba abierta solo una). Ingresaron. Fueron felices.

Me quedé pensando. Y, mi absoluto apoyo a la concesión del monasterio se fracturó. Creo que un templo, una capilla, una iglesia, no puede ser para uso exclusivo de los ricos y los más ricos. O, en todo caso, solamente para los clientes del Hotel Monasterio. Donde acaba lo concesionable y privatizable. Ya no lo se.

Puede el arzobispo concesionar un templo que se construyó (probablemente) con el esfuerzo y apoyo de muchas generaciones y con el aporte de cientos de personas de toda condición social. Creo que no. Creo que si un Monasterio semiabandonado, pero un templo, que tiene que ser siempre de uso público, como que excede lo permisible.

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