Esperaba (con tristeza y desazón), que la marcha del agua convocada por los radicales cajamarquinos, tuviera más acogida. Al final no es más que una algarada de algunos cientos de radicales.
Se confirma que el núcleo duro e intransigente liderado por el cacherito Arana y por el terrorista Saavedra no tiene mayor arraigo popular. En forma incomprensible, estos delincuentes, agitadores minoritarios, controlan al inefable Santos; que pareciera ser el personaje más pelele de la política nacional.
Los alegatos de los caviares sobre la "multitudinaria" oposición al proyecto Conga, se diluyen cuando uno observa el prácticamente nulo apoyo que han logrado los agitadores. En una región de más de 1millón de habitantes, solamente algunos cientos (con seguridad asalariados por Oxfam y sus amigos) apoyan a los revoltosos.
La salvaje derrota de Arana en las últimas elecciones es una muestra clara del escaso apoyo que tiene. Lamentablemente, algunos cientos de sinvergüenzas asalariados, con una buena estrategia pueden controlar ciudades y regiones, tomando los principales accesos.
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