Me es muy difícil evaluar al soldado Ollanta. Pregona ser un luchador social y lo podemos observar feliz con relojes de US$ 5,000, o departiendo un fin de semana con su familia en el burguesisimo El Pueblo o comiendo en los más lujosos restaurantes limeños. Y, eventualmente, también compartiendo "el rancho" con pobladores rurales pobres y excluidos.
Nadine me es más predecible. Tras un inicio en el que no lograba comprender su modus operandis. Ahora lo tengo muy claro, su leit motiv es clarisimo. Su ambición es ser la "Evita" peruana. Aparentemente eso sería indiferente e inofensivo para el país. Y, por cierto, un insumo importante para las revistas de papel couche.
Por cierto, esperemos que el cachaquito no intente ser el Perón peruano. No debemos NUNCA olvidar que Perón encontró una Argentina de 1er mundo, 7ma potencial mundial y dejó una Argentina en rumbo descendente hacia el tercer mundo. Y, por cierto, si el cachaquito no hubiese sido elegido y el Perú hubiera seguido creciendo al ritmo que todos queríamos, en poco más de 5 años ya estaríamos al nivel de los rioplatenses. Todavia se puede. Esperemos para ello tener sólo una Evita y no un Perón.
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