En la caótica Argentina del 2001, el principal lema de la gente que protestaba era el ya famoso "que se vayan todos". La gente pedía un cambio absoluto de la clase política del país. Al final, no se dio tal cambio y la Argentina siguió allí dando tumbos en un mar de populismo.
En el Perú necesitamos "que se vayan todos" en el Poder Judicial. Es lo peor que tenemos. Con muchisima distancia el poder más corrupto e inepto del estado. En los poderes ejecutivo y legislativo, siempre uno puede encontrar personas honestas y luchadoras, profesionales capaces y comprometidos, quizás perdidos en una marea de ineptitud, pero allí están.
En el poder judicial TODOS son una porquería. Desde el sinvergüenza de San Martín para abajo, todos son una basura (como diría una cumbiambera).
Ya estamos acostumbrados a que suelten a narcotraficantes, delincuentes, secuestradores y demás lumpenes. Ahora se ha puesto de moda permitir que los terroristas se vayan de paseo. Una vergüenza.
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