Vivo en Cuzco, pero viajo permanentemente por todo el Perú. Casi con total seguridad puedo afirmar que Cuzco tiene el mejor sistema de transporte público del país. Muy superior al de todas las ciudades que conozco. Usualmente con buses amplios y paraderos establecidos. Todavía subsisten las combis pero, entiendo, van camino a extinguirse.
En Cuzco se cobra el pasaje urbano más barato del país. Y también se tiene el servicio de taxis más económico del país. Seguro algún despistado dirá que Chiclayo, Arequipa, Trujillo y Piura son más grandes, lo cual es cierto; sin embargo por trayectos similares (y tiempo equivalente), en cualquier otra ciudad del país el transporte urbano y los taxis son más caros.
Los angurrientos universitarios acaban de hacer un paro contra el reciente alza de pasajes. Se les ha subido S/. 0.10 (si, diez céntimos de nuevo sol) por pasaje. Asumiendo que un niño progre y panfletario de la UNSAAC hace 4 viajes al día, cinco días a la semana, tendría que pagar S/. 8 (si, ocho soles) adicionales al mes.
Lo que se gasta interdiariamente en dos cervezas o en dos hamburguesas con la novia (o la trampa). Una fracción de lo que gasta semanalmente en el telo con la trampa.
La redistribución de ingresos tiene que ser para todos, la única forma viable para lograr que los pequeños empresarios del transporte logren incrementar sus ingresos y se incorporen a la clase media es con tarifas justas. Que no se fijan mediante paros decretados por líderes universitarios del pleistoceno que aman a Fidel y a Chávez; y que por cierto con el excremento que tienen en el cerebro, no entienden ni de transportes y mucho menos de justicia social.
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