Hace algunos meses el impresentable de Chehade se auto denominó: "reserva moral del país". Por un instante pensé que este era un país de porquería, poblado solamente por seres inmorales, corruptos y lascivos. Pues si el sinvergüenza de Chehade es la "reserva moral del país", el resto debiamos ser una porquería de personas.
Rápidamente volví a la razón y entendí que, felizmente, la mayor parte de peruanos somos gente honesta, trabajadora y con principios. Que lamentablemente nos dejamos seducir por discursos progres o panfletarios, pero que en el fondo seguimos siendo un pueblo sano y trabajador.
En el mismo congreso que mancilla Chehade hay al menos dos personas honorables: don Humberto Lay y la Sra. Ana Jara. Es probable que hayan algunos más. Muy lejos de los Chehade, Anicama y demás lumpenes elegidos por desconocimiento.
Si realmente queremos que nuestro país progrese y se consolide como una nación democrática, en vías de desarrollo, necesitamos líderes honestos. No debemos dejarnos engañar por el discurso facilista y panfletario. Tengo fe en nuestro futuro como nación. No confió en la mayor parte de nuestros políticos, pero creo que paso a paso podemos tener una mejor clase política.
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