Creo que ha encontrado un modus vivendi muy cómodo, que lo hace aparecer como un gurú educativo. Es cierto, en un escenario ideal, la educación peruana debería estar a la altura de esos países; sin embargo, metas irrealizables generan grandes desencantos y atraso.
Ayer, en el programa de Beto Ortiz vi una parte de un debate entre Leon Trathemberg y otro tío, que por sus declaraciones también debe ser un caviar. Ambos discutian sobre gringasho. Los dos coincidian: era una víctima de la sociedad, del estado, del gobierno, de la falta de oportunidades, de la pobreza, de la discriminación, de la injusticia, etc, etc. A ninguno se le ocurrió pensar que es un ser podrido y que, independientemente del entorno, igual iba a ser nocivo para el país y todos los peruanos.
Bajo esa lógica, TODOS los pobres del Perú tendrían que ser delincuentes; lo cual no es cierto. Hay millones de peruanos en situación de pobreza que son honestos y trabajadores. Además, también bajo esa lógica, sólo los pobres y excluidos deberían ser delincuentes. Lo cual tampoco es cierto, hay miles de delincuentes de "buena familia" y alta educación.
Para variar, la señora Villarán también lanzó una opinión socialmente correcta sobre el comportamiento de gringasho: "es el de una persona "que no ha tenido oportunidades de crecer en valores".
Creo que debemos dejar la mediocridad y llamar las cosas por su nombre. El delincuente es delincuente y punto. Y debe ser sancionado drásticamente por ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario