Había que ser muy ingenuo para creer que los humalientos eran personas honestas. Desde el impresentable de Chehade hasta la robacable, la mayor parte de los miembros en sus listas es gente de la peor calaña.
Muchos ignorantes e ingenuos peruanos pensaron que un slogan demagógico "la honestidad es el cambio" era suficiente. Y allí estamos, con un congreso peor que el anterior (lo que parecía imposible) y con ministros de la catadura moral de la mocha.
En Cusco el ex-presidente regional (humaliento por cierto) esta preso por corrupción. Así como él seguro hay cientos o miles de dirigentes locales ineptos y rateros. Ya robaron por todas las regiones del sur. Y ahora que tienen el poder a nivel nacional, que podemos esperar, más corrupción sumada a la ineptitud e ineficiencia. Pues para ser izquierdista hay que tener excremento en el cerebro y ello va siempre acompañado de ineptitud o inmoralidad o ambos.
Y, para tratar de maquillarse y desviar la atención, forman la supermegacomisión investigadora, liderada por quien, pues simple, por los más payasos y figuretis congresistas de nuestra historia reciente: el inefable pero nefasto Javier Diez Canseco y payasito Chehade.
Una pena que mi país haya perdido totalmente a una clase política digna y respetable. El PPC (partido en el que siquiera un poquito creia) se me cayó totalmente al lavarse las manos en la interpelación a la innombrable. Que pena. Que vergüenza.
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