Hoy desperté temprano; como de costumbre leí El Comercio por internet (más tarde lo compro, para pasar la tarde leyéndolo). Una noticia me alegro el día: Huancayo tendrá una línea de metro. Algo absolutamente impredecible e increíble. Que exista un metro en Lima me alegra, que exista uno en Huancayo me alegra dos veces.
Leyendo los comentarios descubrí que la mayor parte de las personas toman la noticia como yo: con alegría, pues es una señal de modernidad. Sin embargo, siempre hay un par de amargos que dicen: los vagones serán viejos.
Quizás sea muy romántico. Pero, siendo objetivo, los ferrocarriles tienen un muy largo período de uso. Estimo que Huancayo (aún) no tiene la posibilidad de contar con un sistema de metro eléctrico (pues usaran las vías del Ferrocarril Central Andino), lo que obliga a traer autovagones diesel. Si el sistema funciona bien, seguro se ira ampliando, mejorando y modernizando.
Vale el esfuerzo. Felicitaciones don Juan de Dios Olaechea. Que Dios lo acompañe en este nuevo emprendimiento.
Más ferrocarriles para Perú.
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