Divagaciones

En mis ratos de ocio (que a veces son muchos), me encanta seguir alguno de los millones de "debates" que hay en la red. Todos defendiendo su posición. Bayly contra Vargas Llosa, Bieber contra Pink Floyd, Crepúsculo contra El Padrino, Pattinson contra De Niro, Tapia contra el amauta Mariátegui.

Creo que todo en la vida oscila entre lo blanco y lo negro. Entre lo soft y lo dark. Lo caleta y exclusivo contra lo más vulgar y masivo. En gastronomía el deslinde es muy claro, una cosa es cenar en el Astrid&Gastón y otra muy distinta es comer en el KFC. A pesar de lo obvio de la comparación, siempre hay espacio para el debate. Aunque pareciera increíble (y casi improbable) hay personas que pueden afirmar con plena certeza y múltiples justificaciones que el KFC es mejor. Por cierto me encanta el KFC; pero también, las pocas veces que he ido al A&G, he estado a un paso del cielo gastronómico.

Pero en música, cine, literatura y, en general, en todas las manifestaciones culturales la categorización y diferenciación es mucho más complicada, la línea que divide la calidad de la basura es mucho más sutil. Por cierto, nadie estaría en capacidad de discriminar lo bueno de lo malo con absoluta certeza.

Mientras escribo esto, me deleito escuchando The Wall de Pink Floyd. Para algunos música incomprensible. Para los puristas el inicio de la "comercialización" de Floyd. Y pienso, ¿cómo hacer entender a quien ha crecido escuchando a grupo 5 o los yaipén que esa música es basura? ¿cómo explicarle a una adolescente histérica que crepúsculo es un blockbuster de muy dudosa calidad? ¿cómo explicarle a un jovencito edulcorado y medio progre que Bayly nunca ganará el Nóbel?

Es cierto. Tengo una opinión formada. Sin embargo, disfruto de lo bueno y también de lo comercial. He disfrutado las pelas de Kurosawa y Eisenstein, pero también me divertí ayer con Que pena tu Boda. No he caído hasta Bieber, pero reconozco que disfruto algunas cumbias de Lizandro Meza. He disfrutado algunos libros de Bayly, pero sigo prefiriendo Conversación en la Catedral y El Aleph.