Como la mayoría de cibernautas, me indigne con las "declaraciones" de esta dama chilena. La edición (malintencionada y casi criminal) de sus declaraciones la hacia quedar como una racista discriminadora.
Sin embargo, al ver la entrevista completa, era evidente que estaba preocupada por las condiciones laborales de su ama y de todo el personal de servicio. Que no haya fraseado bien sus declaraciones, no implica que sea una mujer malintencionada ni mucho menos. Se podría presumir, por el contrario, que es una mujer con principios y valores.
Pero un periodista hijo de puta (como la inmensa mayoría de ellos) mancillo su honor, haciéndola quedar como una mujer indeseable y prepotente.
En pocos días se olvidará el caso. El "periodista" seguirá agraviando y perjudicando a otras personas. Sin embargo, la señora Perez Concha, su familia y sus amigos, siempre recordaran el mal momento que un vil periodista les hizo vivir.
Los demás periodistas, bien gracias. El espíritu de cuerpo por sobre todo. Se puede mancillar la honra de las personas, pero en aras de la sacrosanta "libertad de expresión", todo esta permitido y nada es sancionable.
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