El Instituto del Perú acaba de publicar una reciente encuesta realizada por Datum. Los resultados no me sorprenden. La inmensa mayoría de los pobres limeños desean revocar a Susana. Tampoco me sorprende que en el nivel socioeconómico A, haya un equilibrio entre quienes quieren revocarla y quienes desean que se largue.
Para un rico, que puede divagar sobre lo socialmente correcto y la importancia del pasacalle en la cultura autóctona; y que finalmente nunca sale del circuito definido por la Av. Javier Prado, Miraflores, Surco y San Borja, que pase en el resto de Lima le importa poco. Si el centro se vuelve a tugurizar no le interesa. Si los ambulantes toman zonas liberadas (a sangre sudor y lágrimas) por Andrade le importa poco. Al final, lo importante es ser socialmente correcto y apoyar el matrimonio gay (siempre se tiene un conocido con problemas hormonales).
Para los pobres, la necesidad es la escalera. El asfaltado de la pista del barrio. El intercambio vial que le permita reducir en al menos 20minutos el viaje. La canchita deportiva. La piscina del parque zonal.
Si le preguntan a un pobre, con seguridad prefiere un desfile cívico militar a una payasada (perdón pasacalle) caviar. Para bailar tiene la fiesta patronal de cada sábado.
Los caviares, cegados por su ideología piensan que siempre tienen la razón y que todos debemos hacerles coro. Sin embargo, están muy equivocados. Para el ciudadano "de a pie" Castañeda fue mil veces un mejor alcalde; muy simple, invirtió el dinero donde se necesitaba. No en danzas o bailecitos (menos en consultorias de amigos miraflorinos blancos y bien vestidos) que son bonitos pero que no atacan los problemas centrales de la vida cotidiana.
http://institutodelperu.org.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=925&Itemid=110
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