Pierina en el cielo

Todos los crímenes son indignantes, pero cuando se cometen contra inocentes niños lo son doblemente.

El asesinado de Pierina desnuda las inmensas falencias de nuestro sistema judicial. En base a dudosos principios jurídicos, casi siempre se le da la tenencia de los niños a las madres (en este caso la abuela). A pesar del evidente y reiterado maltrato físico y sicológico que sufría la niña, jueces incapaces la condenaron a muerte, impidiendo la tenencia del padre.

Por allí escuche a un juez piurano decir que el padre no mostraba tener los medios económicos para el sustento adecuado de la niña. Creo que es preferible (mil veces) una infancia pobre pero llena de cariño, a una infancia llena de maltratos que, en este infame caso, termino con el cruel asesinato de una niña inocente.

Con certeza la madre y la abuela no tienen remordimientos, son enfermas y crueles. Cualquier castigo es poco para ellas. Espero (aunque lo dudo) que los jueces cómplices de este crimen tengan algo de conciencia y que les remuerda hasta el fin de sus días. Estoy seguro saldrán impunes. Pero espero cada noche sueñen con la niña que fue asesinada gracias a su complacencia.