Acabo de ver (en la repetición dominical) la entrevista que le hizo Jaime de Althaus a Walter Albán, decano de derecho de la PUCP. Me ha quedado clara la estrategia de la Universidad: miente, miente, que algo queda.
Es sorprendente la desfachatez que tiene el Dr. Albán para mentir y para manipular medias verdades. De hecho, sus comentarios y respuestas siempre van por la tangente, eludiendo las respuestas de fondo.
Los atributos de Católica y PONTIFICIA no caen del cielo. De hecho, un grupo de amigos, no puede abrir una Universidad Católica y Pontificia porque se le ocurre y listo, san se acabo. Los términos Católica y Pontificia, per se, son indicativos de una condición que los delincuentes al mando de la PUCP no quieren respetar.
Pero quizás la parte más avezada y sinverguenza del discurso fue el momento en el que el Dr. Albán dijo "el patrimonio legado por Riva Aguero es una parte mínima del patrimonio de la PUCP". Una declaración de este tipo, por si sola, lo pinta de cuerpo entero y junto con él a todos los sinvergüenzas enquistados en la dirección de la PUCP. Que sería de la PUCP sin el inmenso patrimonio legado por Riva Aguero. Que mezquino es el Dr. Albán. La angurria de quienes viven como burgueses gracias a la PUCP ha quedado explicitada en sus palabras.
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