Hace poco más de una semana murieron 3 niños en Cajamarca. Altoandinos, cobrizos y pobres. El sábado pasado murió un aliancista en el estadio de la U. Limeño, blanco y rico.
Los tres niños muertos fueron noticia de un día. Mocha bailo sobre sus cadáveres, solo Alditus "el más reaccionario" de los periodistas, le dio importancia a este comportamiento infeliz y, por cierto, sólo él sigue manteniendo vigente el infame hecho. La muerte de un aliancista blanco ha tomado la prensa por asalto. Todo el día, todos los medios, nos invaden con las novedades y "primicias" sobre el tema.
Hoy por la mañana escuche, al fin, una opinión razonable. La muerte en el Monumental es mediática por dos hechos: primero: fue una agresión salvaje dentro de un estadio (usalmente los crímenes son en la calle), segundo: fue violencia entre blancos (usualmente la violencia es entre "cobrizos" para usar el término de moda).
El asesinato de un hincha de Comas por una turba de hinchas de VES seguro ya estaría durmiendo en alguna página policial. Pero en este caso se trato del asesinato de un blanco de San Borja, a manos de un blanco de La Planicie.
La gentita linda devenida en burgués o pequeño burgués por un lado, progre o caviar por el otro, recien ha descubierto que la violencia no sólo es patrimonio de cholos y cobrizos, ahora esta también enquistada en las clases más altas del país.
Y eso vende, el morbo de saber que también los ricos y famosos pueden ser enfermos y violentos.
La muerte de niños pobre, altoandinos y cobrizos no vende periódicos.
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