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Nuestro injusto mundo

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domingo, 29 de mayo de 2011

El paro aymara en Puno: entre el chavismo y la infamia

El paro de la "nación aymara" en Puno tiene diversos aspectos a considerar:

1. El primero, y el más peligroso desde mi punto de vista, es el simple concepto de "nación aymara". Yo he nacido en una República unitaria, donde todos los peruanos (de TODOS los colores y sabores) somos iguales. Eso de "nación aymara" me parece una idea copiada del más purista evismo boliviano. Muy, muy peligroso. Esta es (al menos en teoría) una república unitaria, donde todos estamos en el mismo barco. Ese concepto oenegeciento de las "naciones originales" es una reverenda porquería y esta ocasionando este tipo de fracturas.

2. ¿Quién financia la fiesta? Si hay cojudos que creen que es una manifestación espontánea de los pueblos, allá ellos. Yo no me como el cuento. He visto decenas de manifestaciones. En diversas provincias del país: SIEMPRE hay que remunerar a los "espontáneos" manifestantes. NADIE deja su casa y su vida para ir a pasar frío por menos de un jornal diario. ¿Quien compra la torta y los dulces?

3. Muy pocas personas en los gobiernos regionales y locales parecen entender que sin minería se acabó la fiesta. La mayor parte de los ingentes recursos de los que ahora disponen casi todas las regiones del país provienen de los impuestos mineros y energéticos. Sin ellos, ¿que harán? Es inaudito que las autoridades apoyen este tipo de manifestaciones.

4. Existe un gran desconocimiento acerca de la minería y sus efectos. Nunca olvidaré a los comuneros de Chamaca (Chumbivilcas), cuando nos orgullo nos comentaban que en su distrito "estaba prohibida la mediana y gran minería, que solamente permitirían que trabajen los hermanos mineros artesanales". Supongo que los cientos de miles de campesinos preocupados por la minería, desconocen los nefastos efectos de la minería artesanal.

5. La gran capacidad de desinformación de las "Ong´s antimineras". Creo que su labor es infame. La maldad de sus actos no tiene nombre. Bien remunerados en Lima, les importa un carajo el progreso de los pueblos. Estoy de acuerdo que ha habido (y hay) contaminación, que ha habido (y hay) abuso; sin embargo, con los controles debidos, la minería ni contamina ni abusa, siendo un aliado estratégico del desarrollo local y nacional. Por cierto, ¿alguien ha visto al curita Marco Arana protestando contra la contaminación de los mineros informales en Las Lomas y Tambogrande, en Nazca, en Madre de Dios, en Puno? Eso no es negocio, los "jefes" en Londres no mandan plata para eso.

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